Mario, maestro constructor
TEXTO Y FOTOS: SANDRA DE LOS SANTOS
La Santa Cruz se tiene que poner o la casa se cae. La vivienda que está haciendo el maestro, Mario Mendoza en un fraccionamiento campestre, va en la parte de la cimentación, todavía no hay muros que se vengan abajo, pero él ya está preparando
Hoy es un buen día para los albañiles, no sólo porque es sábado y es día de pago, sino porque se celebra
Mario Mendoza Vásquez tiene 42 años, desde los 15 años se dedica a la construcción, es maestro albañil y lo de maestro se lo ganó porque ha tenido que enseñar a varios cómo moverse en este oficio.
El trabajo de la construcción es bastante democrático en eso de los ascensos, no se sube de peón a albañil, ni de albañil a maestro albañil hasta que no se está listo para ello, se demuestra con el trabajo, en la experiencia que se haya obtenido, no hay plazas que comprar, ni jefes que corromper para lograr estos ascensos.
Él empezó, comenta, como inician todos, como peón, cargando latas, haciendo mezcla, haciendo el trabajo sucio, de ahí a albañil y después a maestro albañil.
Todo tiene su gracia, dice, sus mañas también, el cómo hacer la mezcla, cargar las latas de concreto, tratar con los demás trabajadores de la obra, hasta agarrar la pala tiene su chiste.
El maestro Mario no deja de moverse en la obra, revisa que hacen los otros albañiles, ayuda a hacer la mezcla, atiende a los arquitectos que han llegado a revisar el trabajo, anda en todo, en la construcción no se mueve un clavo sin que él se de cuenta.
“A mí me gusta que quede bien mí trabajo, no me gusta que cuando vengan los arquitectos me digan que hay que tirar algo, por eso trato de darme cuenta antes para que yo mismo lo corrija” cuenta este hombre que durante toda su vida el único oficio que ha tenido es el de la construcción.
Este 03 de mayo, cuenta, trabajarán mediodía y después celebrarán
“A mí me da mucho lástima cuando veo que alguno de los albañiles gasta todo en un rato en trago lo que tanto nos cuesta ganar en la semana, yo fui alcohólico y eso me costó casi la vida” señala mientras se levanta la camiseta y enseña su abdomen llenó de cicatrices. Le hicieron siete operaciones y es que en una de sus parrandas alguien le pegó un tiro que le daño varios de sus órganos.
Regresó a la vida y se prometió no volver a tomar alcohol y lo ha cumplido. “Hay que aprender de los errores” comenta este hombre que no terminó ni la primaria, pero que entiende muy bien las lecciones de la vida.
Después de la entrevista todos los albañiles de la obra posan para la foto, no dejan sus instrumentos de trabajo, la imagen semeja a las fotografías de fin de año de la primaria, donde el maestro, el que enseña a los demás, va precisamente en donde se ha puesto Mario, en el extremo izquierdo.
1 comentarios:
Hola a Periodismo Sin Censura. Spy estudianta de maestria en EEUU. En el momento estoy escribiendo mi tesis de maestria sobre este tema. Agradezco cualquier informe que el autor de este articulo me podria dar.
Atentamente,
emsanb@ku.edu
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