Exigen justicia sobrevivientes de Acteal


TEXTO Y FOTOS: SANDRA DE LOS SANTOS/ENVIADA

Acteal, Chenalho.- Se arrastró como pudo hasta el arroyo, que antes corría en la comunidad, con ella otros también pudieron escapar de las balas que disparaban los paramilitares, un joven ensangrentado pedía ayuda para poder avanzar, metros más abajo de la ermita, se reunieron algunos de los sobrevivientes, empezaron a orar, pero otra vez tuvieron que correr porque los paramilitares los seguían.
Elena Pérez Jiménez es una de las sobrevivientes de la matanza de la de Acteal en el municipio de Chenalho, lleva once años pidiendo justicia para su papá, sus hermanos, su cuñada y sus sobrinas, que fueron asesinados el 22 de diciembre de 1997, mientras oraban en la ermita de la comunidad.
Ella, como varias mujeres de la comunidad de Acteal, no habla español, el presidente de la agrupación civil “Las Abejas, Sebastián Pérez, ayuda a traducir lo que cuenta, a sus espaldas están los cuerpos de las 45 personas que fueron masacradas, 21 mujeres, cuatro de ellas estaban embarazadas, entre los muertos también habían nueve niños, algunos no tenían ni el año de edad.
Elena tenía 20 años cuando perdió a siete integrantes de su familia, asegura que no hubo ningún enfrentamiento el 22 de diciembre de 1997 en Acteal, lo que hubo fue una masacre porque nadie de los asesinados o sobrevivientes estaba armado, los paramilitares rodearon la comunidad y después asesinaron a quienes oraban en la ermita. Durante seis horas estuvieron persiguiendo y disparando a los habitantes de Acteal.
Dice que fueron como cien los que participaron en la matanza, ella alcanzó a ver a varios, los reconoce por su nombre y apellido porque vivían en la comunidad o en otras cercanas como Los Chorros y La Esperanza. Algunos, de los que los sobrevivientes reconocen como autores materiales de la masacre, todavía viven en Chenalho, caminan por la carretera frente a la escultura de la “infamia”, que está en la entrada de Acteal, sin que nadie les diga algo.
Después de la liberación de 20 de los que fueron acusados como autores materiales de la matanza de Acteal, Elena ya no cree en la justicia mexicana, recuerda que durante varios días los sobrevivientes pidieron una reunión con los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y jamás fueron recibidos.
Los que fueron liberados, no fue por ser inocentes dice la indígena, sino por la decisión de unas cuantas personas. La noticia de que a les darán tierras y apoyo económico a los excarcelados no le cayó nada bien “premian a quienes tienen las manos llenas de sangre” dice Elena en tsotsil.
Al igual que el resto de los sobrevivientes ella exige justicia, la conformación de una comisión internacional de la verdad, que investigue a fondo el caso y que castigue a los responsables materiales e intelectuales de la masacre.
La matanza empezó antes del 22 de diciembre
El día de la masacre no estuvo en la comunidad porque tuvo que ir a una reunión de salud a un paraje cercano, en la noche se enteró que habían asesinado a varias personas en Acteal y no pudo regresar ese día para saber cómo estaban sus familiares, el 23 de diciembre llegó hasta unos metros antes de Polho donde ya habían varios policías y militares y ahí se enteró de que había quedado huérfana, que los paramilitares asesinaron a su mamá, a sus hermanos y cinco de sus sobrinos.
María Vásquez Gómez al igual que Elena no habla español, en su lengua materna cuenta que los asesinatos en Chenalho iniciaron antes del 22 de diciembre.
Desde septiembre los indígenas que simpatizaban con el gobierno en turno los amedrentaban y les exigían cooperaciones para comprar armas y combatir a los zapatistas cuenta María.
“Nosotros decíamos que no éramos zapatistas, pero que tampoco del gobierno y nos decían que sino cooperábamos era porque éramos zapatistas y entonces nos iban a quemar nuestras casas y nos iban a matar” relata María en tsotsil.
Antes de la matanza del 22 de diciembre hubo varios enfrentamientos y también se quemaron varias casas. Varias familias se tuvieron que ir de Chenalho y aún tienen miedo de regresar.
Para María las armas con la que mataron a sus familiares fueron proporcionadas por el gobierno, aunque fueron indígenas del propio municipio quienes las utilizaron. Dice que aún continúan en diferentes comunidades de Chenalho y que en cualquier momento pueden volverse a disparar.
María teme por la liberación de 20 de los que fueron acusados como autores materiales de la matanza de Acteal, para ella, tampoco hay dudas, todos los encarcelados son culpables y hay muchos más de los que participaron y nunca fueron detenidos.
Las heridas de Acteal
En Acteal, más allá de las heridas por la injusticia del asesinato de 45 personas, está también las heridas físicas de quienes lograron sobrevivir a la masacre.
Zeneida, no solo perdió a sus padres y sus hermanos el 22 de diciembre de 1997, también la vista, después de once años aún no logra recuperarse de las heridas de bala que recibió. Lo mismo que doña Catarina, que recibió siete balazos en diferentes partes del cuerpo y no puede caminar. Jeronimo perdió los dedos de una mano y Efraín no puede comer porque una bala le destrozó la quijada. Los cuatro siguen en tratamiento médico.
Chenalho está dividido, entre los simpatizantes del gobierno, los zapatistas y la sociedad civil organizada en “Las Abejas”, todos viven juntos, son familiares, vecinos, hermanos de religión y de etnia.
“Es mentira que esto sea un problema religioso porque yo soy prebisteriano y muchos de las abejas son católicos y no nos estamos peleando, hay priístas evangelicos y católicos, también zapatistas de diferentes religiones” dice Sebastian Pérez, presidente de “Las Abejas”.
Para él la división inició con la estrategia del gobierno de armar a civiles para enfrentarlos con los zapatistas, en medio quedaron “las abejas”, quienes abiertamente dicen que están de acuerdo con las demandas del EZLN, pero no con el uso de las armas y que por ello no pertenecen a esa organización.
“Las Abejas” piden justicia por sus muertos, que regresen los desplazados a sus comunidades, que se castigue no solo a los autores materiales de la masacre, sino también los intelectuales, los que ocasionaron que entre hermanos de sangre y de etnia se dividieran.

Piden integración internacional de la comisión de la verdad

• Hoy arriba a Acteal el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
SANDRA DE LOS SANTOS/ENVIADA
Acteal, Chenalho.- En la víspera del arribo del representante en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Alberto Brunori a la comunidad de Acteal en el municipio de Chenalho, los sobrevivientes de la masacre perpetuada el 22 de diciembre de 1997 pidieron la integración de una comisión internacional de la verdad, que investigue a profundidad el caso.
Sebastián Pérez Vásquez, presidente de la agrupación civil “Las Abejas”, que agrupa a los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la matanza de Acteal, repudió la liberación de los 20 indígenas, acusados de ser algunos de los autores materiales del asesinato de 45 personas.
“Salen de la cárcel manchados de sangre, no como inocentes, nosotros ya no creemos en el gobierno de aquí –México-, la Suprema se convirtió en la Suprema Corte de Injustica de la Nación al pedir la liberación de los paramilitares, por eso nosotros haremos documentos a organismos de todo el mundo para que se haga justicia” dijo Sebastian Pérez, entrevistado en la comunidad de Acteal, que por ahora está en calma ya que los liberados no han llegado a la comunidad.
Por su parte, María Vásquez y Elena Pérez, sobrevivientes de la masacre pidieron la conformación de la comisión de la verdad, pero con organismos internacionales ya que dicen haber perdido la confianza en las autoridades de México.
Este lunes arribará a la comunidad de Acteal, para reunirse con “las abejas”, el representante en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos, Alberto Brunori. Al parecer, por la tarde los sobrevivientes y familiares de las victimas ofrecerán una conferencia conjunta con el representante de las naciones unidas en la misma comunidad de Acteal en Chenalho.
Las mujeres indígenas manifestaron su preocupación porque los autores materiales de la masacre regresen a la comunidad, para ellas no hay dudas que los liberados participaron en el asesinato de sus familiares.
Dijeron que no solo ellos llegaron a masacrar a 45 indígenas en la comunidad de Acteal, sino muchos más que nunca fueron encarcelados y que todavía viven en la comunidad.
“Las Abejas” pidieron que se investigue a fondo el caso y que sean castigados tanto los autores materiales como intelectuales del asesinato de sus familiares.

Resguarda archivo histórico del Congreso documentos de hasta 1915

• Le falta recursos al archivo para preservar y restaurar documentos
• Mucha documentación se ha perdido en el transcurso de los años

TEXTO: SANDRA DE LOS SANTOS
FOTOS: PABLO CÓRDOVA

En este lugar se encuentra guardada la memoria histórica del Congreso Local. En los estantes hay varias cajas que guardan muchos documentos, entre ellos: la publicación del diario oficial del estado desde 1915 a la fecha; la colección de decretos del Congreso Local desde 1925 a la fecha, es decir todas las Leyes que se han creado, las reformas, adiciones y derogaciones que se han hecho a la Constitución Política del Estado; así como una colección sobre los Ayuntamientos.
No es el lugar ideal para ser utilizado como archivo histórico, no hace falta que lo diga el jefe de la unidad, Hugo Alberto Ruiz Flores, se ve que los 12 trabajadores del lugar hacen lo que pueden con lo que tienen. Este sitio talvez nunca ha sido ni siquiera pisado por alguno de los 40 diputados locales del Congreso Local.
El Archivo Histórico del Congreso del Estado no cuenta con instalaciones propias, lo que también complica la conservación de los documentos porque cada vez que hay un cambio de instalación se maltratan los papeles, aunque se traten con sumo cuidado.
Desde que fue creado en 1997 el archivo ha tenido que pasar por diferentes edificios. Antes de que se creará esta área especifica del Poder Legislativo los documentos se guardaban en bodegas sin ningún tipo de cuidado.
“No tengo idea de cuánto se necesitaría para tener las instalaciones ideales, pero sería mucho, porque la estructura del edificio tendría que ser lo suficientemente fuerte para aguantar toda la carga que significan los documentos” comentó el jefe del Archivo Histórico del Poder Legislativo, Hugo Alberto Ruiz Flores.
Se supone que los archivos históricos deben de estar a una temperatura de 21 centigrados para procurar su conservación, pero en este sitio con trabajo hay aire acondicionado en algunas áreas.
El archivo tampoco cuenta con un área de restauración, aunque para restaurar los documentos que así lo requieren han recibido apoyo de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach). En próximas fechas los trabajadores del archivo serán capacitados por los expertos de la universidad sobre restauración y ellos mismos puedan darle mantenimiento a los documentos, aunque también requieres de diversos materiales.
Para evitar el deterioro de los documentos, se está haciendo un inventario pormenorizado de todas las colecciones con la finalidad de que los papeles sean lo menos tocados posibles.
Es el propio Poder Legislativo quien más hace uso de los documentos que resguarda el archivo, comenta el jefe del lugar, de ahí son estudiantes de carreras como bibliotecología e historia, investigadores y cronistas. Aún así son pocos que los visitan, muchos ignoran que en febrero se cambiaron de lugar y ahora se encuentran sobre la primera sur en la décima poniente en la ciudad capital.
Lo que más buscan en los archivos es revisar los asuntos que quedaron pendientes en las pasadas legislaturas, datos de los Ayuntamientos sobre las desincorporaciones que se han aprobado en el Congreso Local, algunos también se interesan por hacer análisis de las reformas, adiciones y derogaciones que se han hecho a ciertas Leyes en el transcurso de los años.
Algunos documentos que están en el archivo llaman la atención no por lo que hay escrito en ellos, sino por la forma en qué están, hojas amarillentas con textos enormes escritos a mano. Los secretarios de la mesa directiva del Congreso del Estado tenían la tarea de registrar a mano el diario de los debates, al menos hace algunas décadas los legisladores hacían algo más que levantar la mano o ponerse de pie en las sesiones.

Gerardo busca en los fósiles el sentido a la vida

TEXTO: SANDRA DE LOS SANTOS
FOTOS: PABLO CÓRDOVA

Su oficina delata su oficio, por donde sea hay un montón de pequeñas figuras de animales del pasado: mamut, dinosaurios, perezosos y cocodrilos. En el piso hay varias cajas con fósiles y herramientas, como un martillo de una sola pieza que es capaz de romper cualquier roca, y un sombrero estilo Indiana Jones.
Gerardo Carbot Chanona tiene 36 años, es biólogo de profesión y tiene 10 años dedicados a la paleontología, dice él que la forma correcta de llamar su oficio es “paleó biólogo”.
La paleontología le llamó la atención desde pequeño, cuando le gustaba pensar que los dinosaurios no se habían extinguido y que los que dibujaba en sus hojas del cuaderno podrían cobrar vida.
“Creo que los palentologos elegimos de cierto modo esta carrera porque nos gusta ser niños: podemos tener muñequitos en nuestra oficina y nadie piensa que estamos locos, imaginamos cómo eran los animales y la flora del pasado y nadie nos tacha de ingenuos y podemos revolcarnos en la tierra y nos pagan por ello” dice Gerardo, sentado en medio de un montón de figuritas de dinosaurios, que parecen ser la colección de un niño que ama las películas de Jurasick Park.
Gerardo ingresó a la carrera de diseño gráfico porque tenía la idea de ser “paleo artista”, los profesionales dedicados a las ilustraciones, animaciones o reconstrucciones de los animales del pasado, pero se dio cuenta que ese no era su camino y cambió de profesión, inicio la licenciatura en biología.
Cuando estaba en el tercer semestre de la carrera empezó a hacer trabajo voluntario en el Museo de Paleontología del Instituto de Historia Natural y Ecología (IHNE), cuando concluyó la licenciatura fue contratado en el museo para hacerse cargo de los estudios de los vertebrados fósiles, ahora es encargado de la colección paleontológica del estado.
Contrario a lo que se ve en las películas de Holliwood, el estudio paleontológico es otra cosa, no se trata solo de salir con el sombrero de Indiana Jones e internarse en lo senderos menos explorados. “Hay diferentes formas en cómo nosotros hallamos fósiles: por cuestiones históricas porque ya sabemos que en esa zona hay, por el reporte que nos hace la gente, que a veces sin querer encuentra algo, y por el análisis de mapas” cuenta Gerardo.
El trabajo paleontológico es importante para la industria, por medio de los fósiles se pueden encontrar yacimientos de petróleo o carbonato; y sobre todo explica cómo era este planeta hace millones de años.
Los fósiles le cuentan cosas a Gerardo, le dicen que en la región centro del estado antes estaba cubiertas de un mar con suficiente luz y que no alcanzaba temperaturas muy bajas.
Estudiar los fósiles es necesario para entender la evolución de las especies, los cambios climáticos y de la tierra, ayuda a entender lo que podría venir en un futuro.
Chiapas es un buen lugar para estudiar paleontología, tiene representaciones de todas la eras y es un sitio poco explorado en comparación a otros. Pero, quienes se dedican a este oficio en la entidad se cuentan con los dedos de la mano y Gerardo es uno de ellos.
El paleo biólogo dice que lo que más le interesa es el estudio de los cocodrilos, pero de hace millones de años, uno de sus grandes logros profesionales es haber encontrado y estudiado parte de la estructura ósea de uno de estos grandes animales, que han logrado sobrevivir varias eras.
A Gerardo le apasiona su oficio, le gusta hablar de él, salir a buscar fósiles que le digan cosas que sería imposibles volverlas a ver. Su trabajo hace que, aunque hayan pasado varios millones de años que ciertas especies de hayan desaparecido de la Tierra, de la memoria de la humanidad aún no se extingan.

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