Beatriz tiene tres jornadas de trabajo diario

Beatriz tiene tres jornadas de trabajo diario

SANDRA DE LOS SANTOS CHANDOMI

No hubo tiempo para quedarse a llorar la muerte de su esposo, la vida no se lo permitió, tenía que regresar a trabajar y sostener a su hija. Ana Beatriz Hernández Díaz tiene 31 años de edad, siete meses de ser viuda y diariamente tiene que cumplir con tres jornadas de trabajo.
La entrevista tuvo que ser en una de las casas donde labora como trabajadora doméstica, hay mujeres que el tiempo libre no lo conocen, Beatriz es una de ellas, trabaja en dos casas los miércoles, jueves y sábados por la mañana, por la noche de lunes a sábado labora en una taqueria y todos los días tiene trabajos domésticos en su hogar.
Prefiere que no le tomen fotografías de su rostro no hay por qué pedir explicaciones, muchas mujeres a pesar de toda la labor que realizan diariamente, prefieren seguir así, sin que las conozcan, haciendo todos los días una labor hormiga para salir adelante no solo ellas sino también apoyar a sus hijos.
Ser trabajadora doméstica no es el trabajo con el que soñó, le gustaría dedicarse a otra cosa, pero por ahora no tiene elección “hay que trabajar de lo que hay” dice y para varias mujeres ese es un principio básico.
Lo que lamenta de su oficio más allá del salario y de lo pesado que puede resultar es que muchas personas no lo valoran, cuando regresan a su hogar los propietarios de las casas donde trabaja no piensan en la persona que dedicó toda la mañana en lavar la ropa, barrer, trapear, lavar el baño, los trastes, se olvidan por completo de la mujer que hizo ese trabajo.
“No he platicado con otras señoras que se dedican a lo mismo, pero a mí si me ha pasado en algunas casas donde les da igual el trabajo que uno hace, no lo valoran” señala.
Para las trabajadoras domésticas no hay palmaditas en la espalda, ascensos, muchas gracias, por favor, al menos no para todas, en eso este trabajo es muy ingrato. Pero, tampoco hay prestaciones básicas, pareciera que la labor que realizan no merece ni seguro social, ni derecho a la vivienda, ni aguinaldo, ni compesaciones, de eso no habla Beatriz, ni siquiera lo ve como una posibilidad, es un derecho que se les está negado.
Aún cuando el trabajo doméstico, desempeñado en su mayoría por mujeres, esta reconocido dentro de la Ley Federal del Trabajo (LFT), ésta actividad continúa siendo un empleo informal, que no contempla incapacidad por maternidad, una jornada laboral conforme a la ley, un salario mínimo profesional, vacaciones, aguinaldos, derecho al pago de enfermedad, riesgo y/o accidente de trabajo y cesantía o vejez.
Antes de que falleciera su esposo, Beatriz trabajaba, pero solo en un lugar, ahora tiene lo hace en tres y más las labores que tiene que realizar en el hogar, ese trabajo no es remunerado y que muchas mujeres tampoco reciben ni las “gracias” por realizarlo.
“Bueno…en la casa uno siempre tiene que hacer, que lavar la ropa, barrer, trapear” dice Beatriz, la posibilidad de que la remuneren por ese trabajo que hace para ella es imposible, a pesar que varias mujeres en todo el mundo luchan, desde diferentes trincheras, para que se haga una realidad.
El trabajo doméstico que se realizan las mujeres en sus hogares es tan importante como el que realiza el hombre en casa y como aquel que se efectúa fuera de las viviendas, donde se percibe un salario y se cuenta con un horario por eso muchas agrupaciones civiles buscan que sea remunerado y se cuente con seguridad social.
La labor de la empleada del hogar, cuando se realiza fuera de la casa es considerado productivo, pero cuando ella regresa a su vivienda y realiza las mismas faenas en su ámbito familiar, éste se vuelve no trabajo y, por lo tanto, no remunerado inclusive los propios programas de gobierno toman esa labor como no productiva.
El trabajo doméstico, argumentan agrupaciones civiles que defienden los derechos de las trabajadoras domésticas, debe ser revalorado debido a que se trata de un asunto relacionado con el combate a la desigualdad y discriminación hacia las mujeres.
Beti no piensa en eso, lo que tiene en mente ahora es que la empresa donde trabajaba su esposo le entregue la pensión alimenticia para su hija, pero ha dado muchas vueltas para hacer realidad el derecho que tiene su hija. “Me han pedido muchos papeles y todo significa gastos y vueltas para mí” señala ya cansada de la situación.
Beatriz ha dejado de pensar en ella, lo que ahnela es que su hija de nueve años siga estudiando, pueda terminar una carrera y elegir un trabajo donde realmente valoren su actividad, donde le digan “gracias”.


CUADRO DE INFORMACIÓN

La población dedicada al trabajo doméstico remunerado es de un millón 783 mil 722 personas, de las cuales el 91.4 por ciento son mujeres. De estas mujeres una de cada cuatro son jefas de hogar.

Las trabajadoras domésticas tienen entre los ocho y 70 años de edad.

En promedio una trabajadora doméstica gana 8 pesos la hora.

Ocho de cada 10 mujeres que se dedican a las labores domésticas fuera del hogar carecen de prestaciones sociales como vacaciones, aguinaldo, reparto de utilidad y no cuentan con servicios de guardería.

Las trabajadoras domésticas tienen como constante la pobreza, la desigualdad así como situaciones de violencia y abuso.



FUENTE: INEGI/CIMAC

Se declaran en huelga de hambre 9 presos del cereso de San Cristóbal

SANDRA DE LOS SANTOS CHANDOMI

En demanda de su libertad y en solidaridad a la huelga de hambre que iniciaron desde hace varios días 14 reos del penal número 14 del Amate, ayer se declararon en huelga de hambre nueve presos del Centro de Readaptación Social (Cereso) número 5 de San Cristóbal de las Casas.
Tiburcio Gómez, Pedro Enriquez, Julio Méndez, José Luis Gómez, Diego Rodríguez, Guadalupe Gómez, Manuel Ruíz, Antonio Ruíz y Mario Jiménez, todos integrantes de la “Voz de los Llanos” adherentes a la Otra Campaña del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) iniciaron ayer una huelga de hambre para exigir su libertad.
En tanto, Agustín Rodríguez, Antonio Díaz, Juan Díaz y Miguel Díaz, también integrantes de la “Voz de los Llanos” se solidarizaron con la huelga de sus compañeros, pero ellos no se sumaron a la manifestación.
En total suman 23 reos que están en huelga de hambre en el penal número 14 ubicado en Cintalapa y el número 5 en San Cristóbal de las Casas. Todos ellos se proclaman como presos políticos y la mayoría son indígenas tsotsiles y tseltales.
Diferentes organizaciones sociales se han manifestado a favor del movimiento que han iniciado los presos como: el Movimiento Campesino Regional Independiente (Mocri), la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ) y la casa del pueblo de Venustiano Carranza.
Ayer, estudiantes de la Escuela Normal Rural Mactumactza se pronunciaron por la liberación de los presos políticos de Chiapas. Los alumnos de la normal pidieron al poder ejecutivo y judicial escuchar la demanda de los reos.
Zacario Hernández cumple este miércoles 05 de marzo 23 días en huelga de hambre, fue el primero en comenzar con la manifestación, los adherentes a la Otra Campaña de la Voz del Amate cumplen 09 días sin probar alimentos.

Susi, mujer Seropositiva

OTRO MODO DE SER
Susi, mujer seroPOSITIVA

TEXTO: SANDRA DE LOS SANTOS
FOTOS: VALERIA MARTÍNEZ

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

Estamos en todas partes. En los campos de cultivo, en los hogares, en los poderes de gobierno, en la academia, en las cárceles, en los medios de comunicación, en la calle, en la escuela. Estamos en todas partes y aún así seguimos tan invisibles.
A partir de este lunes 03 de marzo y hasta el domingo 09 de marzo El Heraldo de Chiapas – a propósito del día internacional de la mujer que se conmemora el 08 de marzo- presentará una serie de entrevistas con mujeres de diferentes sectores.
Las mujeres que estarán ocupando un espacio en este periódico no son las que todos los días aparecen en los medios, muchas de ellas nunca han sido motivo de mención, no son las mujeres que han trascendido por su puesto político, su posición social o su trascendencia cultural.
Las entrevistadas son las que todos los días salen a trabajar, las que se esfuerzan por sacar a su familia adelante. Son mujeres que luchan contra la adversidad, las que viven con VIH, presas, trabajadoras sexuales, jefas de hogar, jóvenes, obreras, madres, mujeres que son ejemplo y que también son el reflejo de que en el estado todavía existe desigualdad por cuestiones de género, las que nos recuerdan porque es necesario que exista un día internacional de la mujer, no para regalar flores ni ser una fecha que sirva como antesala al 10 de mayo, sino para reflexionar e impulsar acciones que ayuden a eliminar la desigualdad de género.
Las mujeres que cuentan, en estas entrevistas, su historia de vida son las que no se han cansado de buscar “otro modo de ser humano y libre. Otro modo ser”.




Su peso no es mayor de 50 kilos, es de baja estatura, a primera vista parece tan débil, pero su cuerpo es un campo de batalla. Susi tiene 29 años, es madre, esposa, hija, empleada y desde hace cinco años le diagnosticaron VIH y se está haciendo pruebas para descartar que tenga cáncer.
Contrario a lo que cualquiera podría creer, ella es una mujer alegre, con ganas de vivir, está dispuesta a aventarse un roun con la muerte, a darle batalla, a no dejarse vencer.
Hace cinco años su esposo tuvo una intervención quirúrgica y su recuperación fue muy lenta, llegó a pesar 30 kilos, los médicos no se explicaban su situación y le hicieron una prueba para VIH y salió positiva.
“Al principio él no quería hacerse la prueba, yo le insistía, las primeras pruebas salieron reactivas – no era seguro que tuviera VIH-, pero se hizo la más confiable y salió positiva, me la hice yo y también salió positiva, afortunadamente mí hija no tiene el virus” .
Al igual que muchas mujeres, Susi se contagió de VIH en su propia casa, con su esposo. “Muchas mujeres creen que están seguras en su casa y no es así, hay que exigir el condón, las amas de casa lamentablemente somos las más vulnerables” dice por experiencia propia.
En Chiapas, por ocupación, las amas de casa son las más contagiadas con el virus y es que la mayoría de mujeres con una pareja estable no usan preservativo a pesar que las estadísticas demuestran que son las más vulnerables a contraer la enfermedad.
Susi decidió quedarse con su esposo. “Claro, que me dio coraje porque no me lo merecía, porque nadie se lo merece, porque no se cuidó, porque no pensó en mí”.
La siguiente pregunta es obligada. -¿Y si tu hubieras sido la que lo hubieras contagiado, crees que estaría contigo?. – Se lo he preguntado y él me ha dicho que si porque yo sigo con él, pero quién sabe. No lo dice, pero Susi duda que su compañero se hubiera quedado con ella si la situación hubiera sido a la inversa.
Cuando su esposo tuvo la recaída ella se hizo cargó económicamente de su hija y de su pareja, a quien también decidió cuidar por su estado de salud a pesar que sabía que también tenía la enfermedad.
“Una compañera me dijo una vez que yo no me quería porque si me quisiera cuidara más mí salud que la de mí esposo. Es cierto que las mujeres muchas veces nos descuidamos por cuidar a nuestros hijos o a nuestra pareja, yo estoy entendiendo que no es así, que primero debemos de ver por nosotras” cuenta Susi.
Antes de que le diagnosticaran la enfermedad, Susi no sabía nada del VIH, pero a partir de esa fecha su vida cambio. “Había escuchado de la enfermedad, pero me creía inmune, que era algo muy lejano a mí, pero las cosas cambiaron, desde que me diagnosticaron seropositiva decide no quedarme a esperar sentada mí muerte, tengo por quién luchar y se que voy a salir adelante”.
Está convencida que las personas con VIH más que el propio virus lo que los mata es la depresión, el no poder soportar la discriminación, ella dice que es lo más difícil. “Mí familia sabe que tengo la enfermedad y pues al principio fue difícil, pero ahora ya todo es normal solo una hermana que tengo me discrimina, no quiere que ni la toque”.
Susi prefiere que no le tomen fotografías de su rostro, sabe que si todas las personas que conviven con ella se enteran de que tiene VIH su vida sería más difícil “hay mucha, mucha discriminación, a mí esposo hasta lo corrieron de su trabajo”.
El VIH es una enfermedad como la diabetes o el cáncer, considera Susi, pero el resto de las personas no lo ven así a quien tiene o cualquier otra enfermedad lo van a visitar, se solidarizan con él o ella, se hacen responsables de su salud,, pero con los seropositivos no pasa lo mismo. “Nos aislan, a mí en un tiempo no me dejaban ni cocinar, no querían agarrar de mí vaso o plato”.
El virus solo se transmite por tres vías por tener relaciones sexuales con una persona infectada sin protección, por una transfusión de sangre infectada o por lactancia materna.
Hace unas semanas a Susi le detectaron un tumor, hasta ahora no le han dado los resultados de su estudio para saber si es benigno o canceroso, “y si lo es pues a echarle ganas” dice está mujer a quien la vida no le ha dado tregua, ante la adversidad le hace honor a la leyenda que trae su playera “mexicanas positivas ante la vida”.

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