¿Qué nos da valor?

Sandra de los Santos.- ¿Qué nos da valor? De correr en sentido contrario de donde los demás salen para estar a buen resguardo; para decir en voz alta lo que muchos prefieren decir dentro de las paredes de su casa porque sólo ahí se sienten seguros; para seguir en un oficio en donde pareciera que se requiere tener vocación de suicidas para continuar en él.
Hace unos meses, no muchos, nos reunimos mujeres periodistas de diferentes estados de la república, integrantes de la Red Nacional e Internacional de Periodistas con Visión de Género. Nos juntamos para recibir un taller sobre seguridad para comunicadoras, algo impensable en otros tiempos.
Periodistas de diferentes estados narraron historias que antes de ese momento me hubieran parecido inverosímiles. Una compañera de Oaxaca, Ixtli, llegó aún en muletas todavía no le logran sacar una bala que recibió, mientras cubría la nota de la huelga de la Universidad Autónoma Benito Juárez. Lidia Cacho nos compartió un texto, de lo más recomendable, llamado “la hermandad de la muerte y la vida”, que habla precisamente de la seguridad de las y los periodistas.
Mientras escuchaba a las compañeras, sobre todo las del norte, no podía más que pensar “lo bueno que allá –en Chiapas- sólo sacan videos difamatorios”, pero precisamente mientras estaba en el taller, acá un compañero, amigo entrañable estaba librando su propia batalla. Poniendo en práctica muchas cosas que dice este manual, no porque lo haya leído, sino por mero instinto de sobrevivencia. “Desde ese día no dejó de ver por el retrovisor, de ver quien está alrededor antes de subirme al carro, tuve que cambiar mi rutina” me dijo en una ocasión.
Las amenazas, intimidaciones, atentados pareciera que es algo que le sucede al otro o a la otra, que nosotros estamos protegidos por no se qué, que somos infalibles a todo eso “que sólo” le pasa a las y los periodistas del norte del país o aquellos que “se lo buscan”. Pareciera que junto con la credencial de periodistas nos otorgan también, como al gato, siete vidas.
A veces por no parecer soberbios, aunque lo somos, nos olvidamos que nuestro trabajo incomoda, causa reacciones, alguna de ellas hasta violentas. Podríamos hacer como que no pasa nada, aunque en estos momentos este pasando de todo. Ser periodista, dice Andrés Solis, nos ubica ya en haber elegido una profesión de alto riesgo.
Para estar en este oficio hay que saber mirar atrás, esquivar los golpes, ponerse en guardia, estar alertas y este manual de autoprotección para periodistas nos dice cómo hacerlo.
Con este manual se puede aprender lo que ningún profesor de periodismo podrá enseñar jamás en las aulas: a cuidar nuestra propia vida. Hasta ahora, no hay ninguna materia que se llame ¿Cómo cubrir una nota sin ser perseguido o muerto en el intento? Correr I ó II, tampoco se enseña cómo dar a conocer una investigación periodística sin ser acusado de pornografía infantil o cualquier otro delito.

El taller, que les comentaba, fue muy enriquecedor: compartir con las compañeras, sabernos juntas, reafirmar nuestro compromiso con este oficio; sin embargo cuando fui invitada pensé que nos iban a dar un taller de cómo correr en caso de ser perseguidas –hasta empaque los tenis para la clase práctica-; de saber a dónde mirar, a quién llamar en caso de ser víctimas de un ataque, no fue así.
Este manual si va en ese sentido, se vuelve toda una guía, aunque está pensado para las y los periodistas las primeras partes le servirían a cualquier habitante de este país que está en guerra; en donde la vida humana va perdiendo “plusvalía”; donde cualquiera puede ser víctima de trata, violación sexual, secuestro, estar en medio de una situación de riesgo; un lugar en donde se han perdido muchos derechos, como dijera Galeano, “Aquí uno ya no tiene ni siquiera derecho a elegir con qué salsa quiere ser comido”.
Hay que entender que no hay amenaza pequeña, finalmente, cualquier cosa: el miedo a sufrir un atentado, perder el trabajo, ser acusado de algún delito prefabricado, cualquier circunstancia que logré hacer que no difundamos alguna noticia está atentando contra la libertad de expresión, contra la libertad de información, contra la democracia misma.
A pesar de todas las adversidades, allá afuera hay periodistas haciendo su trabajo, dispuestos a no dejar su oficio, a defenderlo; porque preferimos hacer manuales de autoprotección antes de dejar este trabajo; porque estamos seguros que este oficio es necesario; que nuestro trabajo es valioso; que alguien tiene que darle voz a esas madres que les han asesinado a sus hijas, a los campesinos que se han quedado sin tierra, visibilizar a los niños y niñas que son victima de trata de personas; denunciar los abusos que son sujeto las y los migrantes, muchas veces por quienes se supone deberían de defenderlos; alguien tiene que dar a conocer el salario de los altos funcionarios; alguien tiene que informar qué están haciendo con nuestros impuestos.
El saber que el dolor no es ajeno a nosotros; la conciencia de reconocernos como ciudadanos y ciudadanas; el saber que no es ni siquiera por los otros que lo hacemos, sino a veces por el acto más egoísta de encontrar nuestra felicidad y de quienes amamos haciendo algo porque este mundo sea algo mejor; el amor a la vida, la nuestra y la ajena, todo eso es lo que nos da valor y que nos hace seguir caminando.
*Este texto fue leído el 26 de enero del 2011 durante la presentación del libro Manual de Autoprotección para Periodistas de Andrés A. Solís Álvarez en la Facultad de Humanidades de la Unach.

¿Qué nos da valor?

¿Qué nos da valor? De correr en sentido contrario de donde los demás salen para estar a buen resguardo; para decir en voz alta lo que muchos prefieren decir dentro de las paredes de su casa porque sólo ahí se sienten seguros; para seguir en un oficio en donde pareciera que se requiere tener vocación de suicidas para continuar en él.
Hace unos meses, no muchos, nos reunimos mujeres periodistas de diferentes estados de la república, integrantes de la Red Nacional e Internacional de Periodistas con Visión de Género. Nos juntamos para recibir un taller sobre seguridad para comunicadoras, algo impensable en otros tiempos.
Periodistas de diferentes estados narraron historias que antes de ese momento me hubieran parecido inverosímiles. Una compañera de Oaxaca, Ixtli, llegó aún en muletas todavía no le logran sacar una bala que recibió, mientras cubría la nota de la huelga de la Universidad Autónoma Benito Juárez. Lidia Cacho nos compartió un texto, de lo más recomendable, llamado “la hermandad de la muerte y la vida”, que habla precisamente de la seguridad de las y los periodistas.
Mientras escuchaba a las compañeras, sobre todo las del norte, no podía más que pensar “lo bueno que allá –en Chiapas- sólo sacan videos difamatorios”, pero precisamente mientras estaba en el taller, acá un compañero, amigo entrañable estaba librando su propia batalla. Poniendo en práctica muchas cosas que dice este manual, no porque lo haya leído, sino por mero instinto de sobrevivencia. “Desde ese día no dejó de ver por el retrovisor, de ver quien está alrededor antes de subirme al carro, tuve que cambiar mi rutina” me dijo en una ocasión.
Las amenazas, intimidaciones, atentados pareciera que es algo que le sucede al otro o a la otra, que nosotros estamos protegidos por no se qué, que somos infalibles a todo eso “que sólo” le pasa a las y los periodistas del norte del país o aquellos que “se lo buscan”. Pareciera que junto con la credencial de periodistas nos otorgan también, como al gato, siete vidas.
A veces por no parecer soberbios, aunque lo somos, nos olvidamos que nuestro trabajo incomoda, causa reacciones, alguna de ellas hasta violentas. Podríamos hacer como que no pasa nada, aunque en estos momentos este pasando de todo. Ser periodista, dice Andrés Solis, nos ubica ya en haber elegido una profesión de alto riesgo.
Para estar en este oficio hay que saber mirar atrás, esquivar los golpes, ponerse en guardia, estar alertas y este manual de autoprotección para periodistas nos dice cómo hacerlo.
Con este manual se puede aprender lo que ningún profesor de periodismo podrá enseñar jamás en las aulas: a cuidar nuestra propia vida. Hasta ahora, no hay ninguna materia que se llame ¿Cómo cubrir una nota sin ser perseguido o muerto en el intento? Correr I ó II, tampoco se enseña cómo dar a conocer una investigación periodística sin ser acusado de pornografía infantil o cualquier otro delito.

El taller, que les comentaba, fue muy enriquecedor: compartir con las compañeras, sabernos juntas, reafirmar nuestro compromiso con este oficio; sin embargo cuando fui invitada pensé que nos iban a dar un taller de cómo correr en caso de ser perseguidas –hasta empaque los tenis para la clase práctica-; de saber a dónde mirar, a quién llamar en caso de ser víctimas de un ataque, no fue así.
Este manual si va en ese sentido, se vuelve toda una guía, aunque está pensado para las y los periodistas las primeras partes le servirían a cualquier habitante de este país que está en guerra; en donde la vida humana va perdiendo “plusvalía”; donde cualquiera puede ser víctima de trata, violación sexual, secuestro, estar en medio de una situación de riesgo; un lugar en donde se han perdido muchos derechos, como dijera Galeano, “Aquí uno ya no tiene ni siquiera derecho a elegir con qué salsa quiere ser comido”.
Hay que entender que no hay amenaza pequeña, finalmente, cualquier cosa: el miedo a sufrir un atentado, perder el trabajo, ser acusado de algún delito prefabricado, cualquier circunstancia que logré hacer que no difundamos alguna noticia está atentando contra la libertad de expresión, contra la libertad de información, contra la democracia misma.
A pesar de todas las adversidades, allá afuera hay periodistas haciendo su trabajo, dispuestos a no dejar su oficio, a defenderlo; porque preferimos hacer manuales de autoprotección antes de dejar este trabajo; porque estamos seguros que este oficio es necesario; que nuestro trabajo es valioso; que alguien tiene que darle voz a esas madres que les han asesinado a sus hijas, a los campesinos que se han quedado sin tierra, visibilizar a los niños y niñas que son victima de trata de personas; denunciar los abusos que son sujeto las y los migrantes, muchas veces por quienes se supone deberían de defenderlos; alguien tiene que dar a conocer el salario de los altos funcionarios; alguien tiene que informar qué están haciendo con nuestros impuestos.
El saber que el dolor no es ajeno a nosotros; la conciencia de reconocernos como ciudadanos y ciudadanas; el saber que no es ni siquiera por los otros que lo hacemos, sino a veces por el acto más egoísta de encontrar nuestra felicidad y de quienes amamos haciendo algo porque este mundo sea algo mejor; el amor a la vida, la nuestra y la ajena, todo eso es lo que nos da valor y que nos hace seguir caminando.
*Este texto fue leído el 26 de enero del 2011 durante la presentación del libro Manual de Autoprotección para Periodistas de Andrés A. Solís Álvarez en la Facultad de Humanidades de la Unach.

Existen en Chiapas más de 45 mil zonas arqueológicas

• Sólo ocho están abiertas al público
Sandra de los Santos.- Parte del pasado de la nación está enterrado, escondido, abandonado por falta de recursos económicos. Ciudades enteras construidas en la época prehispánica están olvidadas, muchas de ellas nadie las ha visto y tal vez nadie las verá algún día.
En Chiapas se estima que existen entre 45 y 50 mil zonas arqueológicas, 3 mil tiene registradas el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y sólo ocho están abiertas al público señaló el delegado del INAH en Chiapas, Emiliano Gallaga Murrieta.
Por falta de recursos económicos el INAH ha decidido no abrir al público otras zonas arqueológicas, más que las ocho existentes, tampoco se ha dado a la tarea de registrar más sitios porque no tienen los fondos suficientes para hacerlo.
“No habría dinero que alcance, tal vez se podría hacer la inversión para abrir una zona arqueológica, pero después sostenerla abierta sería imposible, no hay los suficientes recursos” aseguró el funcionario federal.
El mantenimiento de la parte abierta al público de la zona arqueológica de Palenque, la más grande y visitada en Chiapas, tiene un costo aproximado mensual de entre un millón y millón 200 mil pesos. Las otras zonas arqueológicas su mantenimiento oscila en los 800 mil pesos dependiendo su extensión.
La mayoría de las zonas arqueológicas de Chiapas ni siquiera están registradas por el INAH así que su destrucción o saqueo se podría estar dando sin que las autoridades lo sepan o hagan algo al respecto.
“No podemos precisar de que existe o no existe saqueo o destrucción porque no podemos saber si se están robando algo que no tenemos registrado, sólo tenemos el registro de 3 mil y se estima que existen en Chiapas entre 45 y 50 mil desde pequeñas a posibles grandes zonas arqueológicas” dijo Emiliano Gallaga.
Esta situación no es privativa de Chiapas se estima que la mayoría de los vestigios arqueológicos de México aún se desconocen.

Disminuye plaga de pez diablo en Chiapas

Sandra de los Santos.- La pesadilla de los pescadores de la laguna de Catazaja, el pez diablo, parece haber encontrado un depredador natural, los pelicanos, que por una rara razón están llegando a aguas interiores y están disminuyendo la población de peces diablo en esa zona.
El secretario de pesca y acuacultura del estado, Placido Morales Vásquez señaló que la población de pez de diablo en la laguna de Catazaja, el lugar que más afectado se había visto por esta plaga, ha disminuido y es que como pocas veces sucede una parvada de pelicanos está entrando a aguas interiores y está disminuyendo el número de peces diablos en esa laguna.
El pez diablo es una especie, que hasta ahora, no tiene un depredador natural, ni tampoco se puede consumir y ni siquiera puede ser aprovechado para otra cosa debido a que sus espinas son muy gruesas, además cuando quedan atrapados en las redes llegan hasta a destruirlas.
Este pez se ha convertido en el calvario de los pescadores porque además han disminuido la población de otras especies comestibles, pero ni en Brasil, donde existe toda una plaga de estos se ha logrado encontrado un depredador natural o alguna forma de aprovecharlo dijo el titular de la secretaría de pesca.
Consideró que la llegada de los pelicanos fue cuestión de “buena suerte”, pero no existe ninguna garantía de que las aves se queden así que están buscando aprovechar el pez diablo para hacerlo harina para alimento de pescados y camarones de cultivo.

Ningún códice maya marca el 2012 como destrucción del mundo: INAH

Sandra de los Santos.- Contrario a lo que algunas películas extranjeras han mostrado, en ningún códice maya está registrada la destrucción del mundo en el 2012 aseguró el delegado en Chiapas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Emilio Gallega Murrieta.
En una entrevista, el funcionario federal explicó que en las estelas de la zona arqueológica de Izapa, ubicada en el municipio de Tuxtla Chico, está registrada la cuenta larga del calendario maya, esta cuenta larga concluye en el 2012, lo cual no significa que para los antiguos mayas sea la predicción de la destrucción del mundo o algo similar.
“Es una cuenta larga de 5 mil 500 años que nunca se ha visto, pero es parte de su sistema calendárico, jamás se habla de la destrucción del mundo o algo así, se dice que no se va a conocer el mundo de la misma manera, pero como ningún año es igual que al anterior” señaló el delegado del INAH.
Puntualizó que de acuerdo a estas estelas en el equinoccio de diciembre del 2012 se alinearan los astros, pero si llegara a ocurrir, que no se descarta por los avances astronómicos que lograron los Mayas, es algo que no sólo se verá en la zona arqueológica de Izapa, sino en diferentes partes del mundo dependiendo el fenómeno que se trate.
Emilio Gallaga dijo que el INAH no apoya ni fomenta los mitos que se han creado alrededor de los códices mayas y la destrucción del mundo del 2012, sin embargo aceptó que la difusión de este tema ha ocasionado que más turistas visiten las zonas arqueológicas, sobre todo Izapa, que es donde están las estelas que registran la cuenta larga del calendario Maya.
“Muchos nos hablan y nos dicen que si qué va organizar el IHNA para el equinoccio de invierno del 2012, pero la posición del instituto es clara, no es nuestra tarea organizar o fomentar esta clase de show, lo que si estamos preparando es en controlar lo que se viene porque sabemos que va a llegar mucha gente y tenemos que cuidar que todo eso no se salga de control” comentó el funcionario.
Mencionó que como sucede en el equinoccio de primavera en Teotihuacán, se espera que la propia gente organice algunos actos en el equinoccio de invierno del 2012 en diferentes zonas arqueológicas, sobre todo en Izapa, lo cual no prohíbe el INAH.

Sin organismo de derechos humanos en Chiapas

Sandra de los Santos.- A pesar que desde el 01 de enero de este año debió de haber iniciado funciones el Consejo Estatal de Derechos Humanos, hasta ahora no está ni siquiera conformado.
El presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, Juan Jesús Aquino Calvo señaló que podría ser hasta la próxima sesión ordinaria cuando los dos consejeros que aún no han sido nombrados tomen protesta ante el Poder Legislativo.
Con las reformas aprobadas por la pasada legislatura desaparece la Comisión Estatal de Derechos Humanos y se crea el Consejo Estatal de Derechos Humanos, que debió de haber iniciado funciones el 01 de enero, pero hasta ahora no se han nombrado a dos de los cinco integrantes de este consejo.
Las reformas que hicieron los diputados de la anterior legislatura no prevé quién quedará como ombudsman en caso de no quedar conformada el consejo en la fecha prevista, como está sucediendo, así que por lo tanto Chiapas no cuenta desde el 01 de enero con un organismo de defensa de los derechos humanos.
Por su parte, el presidente de la comisión de derechos humanos en el Congreso Local, Aquiles Espinosa supuso que ante esta situación el ombudsman chiapaneco continúa siendo Juan Carlos Moreno Guillén, aunque al Poder Legislativo no ha llegado ninguna notificación.
De acuerdo a las reformas aprobadas, el consejo de derechos humanos será integrado por cinco consejeros, uno de ellos fungirá como Presidente, cada uno de los consejeros durarán en el cargo cuatro años, con la posibilidad de reelección por un periodo más.
El consejo contará con cuatro comisiones temáticas: comisión de asuntos generales de los derechos humanos, la comisión de atención a los derechos humanos de los migrantes, la comisión de atención a los derechos humanos de equidad de género y la comisión de atención a los derechos de los pueblos indígenas.
De acuerdo a la propuesta un consejero será electo y designado mediante el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes del Congreso Local. En este caso Mauricio Méndoza Castañeda, quien ya fue nombrado.
El segundo consejero, de acuerdo a la Ley, será electo y designado mediante consulta popular, a través de los procedimientos de participación ciudadana que establezca la Ley y que organizará el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC). El IEPC entregó constancia de mayoría de estas votaciones a Pedro Raúl López Hernández, quien fue presidente de la CEDH durante la administración del ex gobernador, Pablo Salazar y quien también se desempeño como fiscal para defender los casos de los defensores de los derechos humanos.
Un tercer consejero será designado por los rectores de las universidades públicas del estado y el cuarto consejero será designado por los organismos no gubernamentales de derechos humanos con sede en el estado y que hayan realizado gestiones, por lo menos, durante cinco años ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Estos dos consejeros aún no han sido nombrados.
El quinto consejero será representante de los pueblos indígenas y será electo y designado mediante consulta pública. El IEPC le entregó constancia de mayoría a Lorenzo López Méndez, como consejero indígena.

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