SANDRA DE LOS SANTOS
Después de leer el informe del Cepet me puse a pensar por qué los periodistas no podemos dejar este oficio que tan mal nos trata.
Este informe pareciera, desde su titulo “periodismo bajo la violencia del narcotráfico”, que estuviera desvinculado a la realidad del periodismo en Chiapas, pero consideró que no es así. En el estado no tenemos los levantones, asesinatos y amenazas por parte de los carteles del narcotráfico como los colegas del norte del país, en Chiapas no se tiene eso, no porque los periodistas chiapanecos les inspiren respeto a los sicarios, es porque en los medios del estado ni siquiera estamos abordando los temas que tengan que ver con el narco, y no es porque no exista este fenómeno en la entidad, es bien por la autocensura o porque no hay dónde publicar.
Los temas del narcotráfico siguen siendo parte de la nota policiaca, notas aisladas, que no nos dan un contexto general de lo que está sucediendo con el tema en Chiapas, “encuentran ensabanado, hallan la cabeza de un hombre en el sabinal”, fue cuestión de ajustes de cuentas, levantan a empresario.
Pero, esto de tratar la información “no más por encimita” no es solo cuando hablamos del narcotráfico pasa con todos los temas y es, tal vez, por algo que nada más ocupa una página del informe y que consideró que es algo que realmente está afectando la libertad de expresión no solo en Chiapas, sino en la mayoría entidades de la república. Publicidad: control que sofoca.
Hay quienes piensan que en Chiapas estamos mejor porque acá no asesinan a los periodistas para callarlos. Pero, la verdad es que se está logrando lo mismo con otro tipo de coacción: la publicidad. Cualquier cosa que impida la libertad de expresión es lamentable.
En el informe no están todos los atentados pequeños o grandes que sufrieron los trabajadores de los medios de información el año pasado. Faltaron muchos y es porque los propios periodistas no tenemos la cultura de denunciar.
Por sexo, se encontró, según señala en los informes, que de cada diez agresiones ocho fueron en contra de hombres. ¿Qué sucede?, será que los agresores se acuerdan de sus madres cada vez que ven a una periodista deciden no jalar el gatillo. No creo que sea eso.
Una vez, escuche a un compañero periodista, casado con otra compañera reportera, que él se metía a cualquier cosa de riesgo sin pensar en sus hijos porque sabía que su esposa iba hacerse responsable de ellos, que era una buena madre y que podría sola sacar a los pequeños adelante. Lo dijo en tono de halago a su compañera y frente a ella. Pero, me pregunto, cuando ella está en una situación de riesgo dentro de su trabajo, ella piensa lo mismo, que pueden darle tres tiros y total sus hijos iban a estar bien.
A la mayoría de las mujeres, periodistas o no, se les está encomendada la tarea familiar así que nos detenemos más en una situación de riesgo no solo está de por medio nuestra integridad, sino también la de nuestra familia.
A eso hay que agregarle la falsa obsesión de los jefes de información, directores, propietarios de medios, los mismos compañeros reporteros que quieren “protegernos”, cómo vas a ir a ese operativo, cómo y si te hacen algo, si algo he ratificado en estos años de trabajo es que un pene no hace inmortal a nadie y que igual de vulnerable somos los hombres y las mujeres periodistas.
Conozco compañeras reporteras de diferentes estados del país que llevan años cubriendo temas relacionados al narcotráfico, fueron las primeras en quitar su nombre, se bautizaron ellas mismas con nombres de hombre, entendieron que no importaba que la nota o el reportaje fuera firmado por ellas, sino que saliera y que ellas tuvieran vida para seguir escribiendo e investigando en ese tema. A los hombres les ha costado más entender eso, no a todos.
El periodismo es necesario en cualquier sitio donde realmente se quiera alcanzar la democracia. Hay que poner a disposición de la ciudadanía toda la información que existe y cualquier cosa que atente contra la libertad de expresión está atentando contra la democracia y la sociedad.
La tarea periodística no es fácil cuando se tienen a empresarios como dueños o directores de los medios de información, sueldos que no alcanzan a cubrir las necesidades de nadie y un reloj que marca la hora de cierre de la edición. Ahora, a todo eso, le tenemos que agregar la censura, la autocensura, el hostigamiento que sufren directivos con las amenazas implícitas o explícitas de quitar la publicidad gubernamental o de cualquier tipo, sino se responde a los intereses de quién está pagando o las propias amenazas que reciben los reporteros de que si no se alinean perderán su empleo.
Ante este panorama pareciera que poco o nada se puede hacer por el periodismo, sino es dejarlo para dedicarse a otro oficio. No se trata de llorar en el muro de las lamentaciones, ni tampoco esperar que la situación cambie mientras se siguen entregando las tres notas diarias del día, que poco o nada ayudan realmente a la sociedad. Muchos reporteros y reporteras diariamente intentan hacer periodismo desde estas condiciones adversas a partir del principio de qué puedo hacer desde donde estoy y con las herramientas que tengo.
Hay muchos argumentos para dejar de hacer periodismo y tratarlo de hacer lo mejor que podamos: el desencanto laboral, la falta de recursos económicos para tomarse el tiempo y contar con las herramientas para hacer un mejor trabajo, porque no decirlo, la falta de capacidad de los propios trabajadores de los medios, pero los lectores, quienes gasta su dinero por leer las notas que escribimos, los que encienden el televisor o la radio esperando la noticia del día, el propio oficio merece un esfuerzo, nosotros como comunicadores merecemos ese esfuerzo, merecemos hacerle frente a la adversidad.
*Texto leído de la presentación del informe del CEPET en la Facultad de Humanidades de la Unach.
Periodismo en Chiapas
Publicadas por
Periodismo sin censura
jueves, marzo 19, 2009
Etiquetas: Periodismo en Chiapas
1 comentarios:
tengo una palabra que decir al respecto...LAMENTABLE
Y tienes toda la razon del mundo, en más de una ocasión con los amigos y compañeros hemos puesto en tela de juicio muchos de los puntos que tratas al respecto, entre los mas jodidos y que la gente desconoce es la censura...y quienes te censuran?
los editores, en primera instancia, que no tienen los huevos para defender a uno de sus reporteros cuando este ha hecho un excelente reportaje o cuando maneja información que realmente es importante dar a conocer, casos hay miles.
los directores, con intereses personales y monetarios aunque lo niegues con su cara de yo no fui
los dueños, estos son los peores, viajan, gozan, visten y viven como dioses; mientras los empleados (reporteros, diseñadores, correctores, secretarias, vigilantes, choferes, cargadores, etc) viven en condiciones precarias o sobreviven con chayos o vendiendo "publireportajes"
los periodicos aunque lo nieguen reciben fuertes sumas mensuales facturadas por concepto de publicidad, estas pagadas por el gober, los dipus verdes, rojos y de todos colores...yo he visto las facturas, yo sé de eso nadie me lo ha contado
¿usted sabe cuanto gana un reportero en en cuarto poder?
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