SANDRA DE LOS SANTOS
En las tiendas de sexo (sex shop), así es la traducción aunque suene fuerte a oídos de cualquier panista, sucede algo muy curioso que solo pasa en las farmacias o en los video-club cuando se van a comprar condones o rentar películas pornográficas.
No sé quién se atrevió a inventar que si se compran condones y se piden también las pastillas de la abuelita, el shampoo de la familia, el chocolate para el hermanito, nadie se va a dar cuenta que la verdadera razón por la que se llegó a la farmacia. Lo mismo sucede en los video-club es muy raro que alguien se detenga en las películas “XXX” a escoger qué filme se desea –aunque el contenido en todas sea el mismo-, cuando se llega al mostrador además de ese título de “pujidos detrás de la milpa” –es en serio, existe- también se llevan otras películas que difícilmente alguien esté interesado en ver.
En las tiendas de sex shop hay gente que difícilmente ve a los ojos al otro comprador y si es compradora, la cosa se pone peor, muchos desean salir lo más rápido posible del lugar, aunque están ansiosos de preguntar para qué sirve toda esa clase juguetitos, que en nada se parecen a los que desea un niño o niña recibir en navidad. Son más bien esos juguetitos que agradan a las niñas y niños grandes en un 14 de febrero.
Pero, hay también de los que llegan con toda naturalidad –algunos fingida-, otros saben usar el teléfono preguntan por lo que desean y pasan a la tienda a recogerlo, como si se tratará de un paquete de droga: llegan, lo recogen, al salir de la tienda miran para todos lados para cerciorarse que nadie los ha visto, y se alejan del lugar lo más rápido posible, si se encuentra a alguien por el rumbo, se dice naturalmente que venía saliendo del museo regional o del teatro de la ciudad.
También a las sex-shop llegan pubertos por “manada”, llegar a esta clase de tiendas para ellos es tanto como perder su virginidad o pavonearse de que ya son todos unos “hombres”, aunque la verdad llegan a hacer más preguntas, que las que su profesor de anatomía podría responder. Aunque algunos de ellos saben más que el mismo propietario del lugar, conocen bien para qué sirve cada cosa que hay en el aparador, aunque muchos jamás las han usado, grandioso internet que ayuda a conocer hasta lo desconocido en la realidad.
En Tuxtla Gutiérrez llegó el momento en que se instalaron varias sex-shop, la mayoría de ellas han cerrado, el mercado resulto ser no tan próspero como parece, mucha de la mercancía que se oferta en estos lugares rebasa el presupuesto de un capitalino asalariado.
En esta clase de tiendas se puede encontrar hasta lo más insospechado para hacer realidad cualquier fantasía o crear alguna nueva. ¿Ustedes sabían que existen las anestesias locales para el sexo anal? Caray! Y yo que pensé que las Pornstars eran súper dotadas.
De lo que hay más variedad en una sex-shop son de dildos y vibradores, existen de toda clase, esos capaces de intimidar a cualquier hombre con tamaños que la naturaleza se ha negado a darles hasta unos muy poco estéticos, que de ser reales cualquiera correría al verlos.
Lo mejor de las sex-shop es que los penes que venden tienen garantía a diferencia de los que ofrecen las parejas reales.
“Juguetitos” para adultos, “favor de no tocar”
Publicadas por
Periodismo sin censura
jueves, marzo 19, 2009
1 comentarios:
Hoy en día las compras online son muy seguras muchas personas les da pena o por tiempo, tabú o algunas otras razones no van a la tienda presencial por eso es una gran ventaja poder adquirir los artículos por medio de una tienda online, tiene muchos beneficios la tienda online con tal es que se animen a salir de la monotonía.
Un saludo
Sexshop online
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