Un año del testamento del Dr. Gómez Maza

Sandra de los Santos.- Hace un año, el 21 de julio, recibí una llamada telefónica, era una voz cansada, pero perfectamente reconocible, era el doctor Jesús Gilberto Gómez Maza, me decía que quería platicar conmigo. En la tarde ya andaba por sus rumbos queriendo dar con su casa.

Sus propios vecinos cuidaban su salud “está delicado, no puede hablar mucho” me dijo una señora, antes de darme la dirección exacta, me recomendó no cansarlo, me hablaba de él como que si se tratara de un familiar muy querido, lo mismo hizo un señor metros más adelante.

Cuando lo vi me di cuenta que ya no tenía la fuerza física de antes, de cuando anduvo en el movimiento de 1968, cuando creó el área infantil del hospital de San Cristóbal de las Casas con cunas hechizas y tres niñas, dos con tuberculosis y una con anemia, las dos enfermedades se siguen padeciendo en el estado; de cuando fundó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Chiapas, “el hijo que tuve y después se prostituyo” como él le terminó diciendo.

Con el doctor tuve la fortuna de compartir muchas tardes de plática, una entrevista con él se convertía invariablemente en una prolongada conversación, que sólo era interrumpida porque mis notas amenazaban con no salir el día siguiente o porque un niño o niña llegaba en brazos de sus padres en busca de alivio, sin duda lo segundo era más importante.

Ese día, a pesar de las recomendaciones de los vecinos, no fue la excepción terminamos hablando durante varias horas. Esperaba que doña Martha, su compañera de vida, a la persona que sin duda el doctor le debía mucho de lo que era, me dijera que era hora de marcharse, pero ella sabía, cómplice siempre de su esposo, que lo que él quería decirme era importante así que espero con paciencia la larga plática.

El doctor me pidió que le entregará al gobernador del estado, Juan Sabines Guerrero una carta, que un día antes se había publicado en el Expreso Chiapas. Firmó todas las hojas y las guardó en un sobre, nueve días después murió y me di cuenta que lo que me había entregado esa tarde era su testamento. “Se la das en sus manos” me dijo y así fue.

El doctor sabía que pronto nos dejaría, así que se puso a escribir su testamento, en él no reparte bienes, tampoco cuentas bancarias, en el primer párrafo de la carta abierta renuncia a la posibilidad de un trasplante de pulmón, en el resto sólo se dedica a pedir, no para él, sino para las y los chiapanecos, para el estado que siempre le sirvió, un mejor servicio de salud.

La carta está dividida en siete puntos: redistritar el estado en 24 jurisdicciones sanitarias, una por cada 150 mil a 200 mil habitantes; hacer funcionar un hospital general de al menos 60 camas en cada cabecera distrital con las cinco especialidades básicas: medicina interna, gineco-obstetricia, pediatría y cirugía, y anestesia; que esos hospitales distritales tengan el equipo y especialistas necesarios que permitan que muchas de las enfermedades que se padecen en el estado se controlen ahí y no tengan que llegar en fases avanzadas a los nosocomios de primer nivel; capacitar a médicos en trasplantes de órganos; integrar una lista única estatal o regional de espera de receptores de órganos; integrar un padrón de donadores vivos dispuestos a donar sus órganos al fallecer; reformar la Ley General de Salud y por consecuencia la Ley Estatal de Salud para que las personas fallecidas sean sujetos de donación de órganos.

Su testamento puede ser costoso económicamente, pero también sé que hacerlo realidad podría significar salvarle la vida a miles de personas, podría significar la mejor obra de cualquier gobierno.

Ayer inició el novenario del Doctor Jesús Gilberto Gómez Maza. Creyente, como es, yo sé que esas oraciones serán muy bien recibidas, pero también sé que lo que necesita su corazón y lo que necesitamos todos y todas es que esa carta sea una realidad, que los trasplantes en Chiapas sean efectivos, que no haya un niño o niña que muera por enfermedades curables, madres que al dar a luz mueran sin siquiera poder conocer a sus hijos, que no haya persona que muera por no recibir atención médica de calidad y a tiempo, que la pobreza deje de ser la principal enfermedad en el estado.

Las personas que lo queremos sabemos que no hay mejor manera de honrar su memoria que el de seguir, desde donde estamos y como podamos, pidiendo y ayudando porque el servicio de salud en Chiapas sea el que nos merecemos.



Seguidores

Periodismo sin censura en twitter

    follow me on Twitter