Sandra de los Santos.- ¿Para Usted qué significa el
PRD? Le pregunté al Doctor Gilberto Gómez Maza en junio del 2006, cuando era
candidato a la gubernatura del estado, y su respuesta aún la tengo en la
memoria: “Es el hijo que engendre y después se prostituyó. El PRD se vende al
mejor postor, lo que quiere es ganar las elecciones, no le importa sus
principios, se olvida de sus muertos y hace pactos con quienes fueron sus
enemigos”.
Ayer
que leí el discurso del ex gobernador, Pablo Salazar Mendiguchía en el que
anunció su afiliación al PRD recordé esa entrevista con el Doctor, que se realizó en su consultorio – el
lugar donde estaban parte de sus
añoranzas: varias fotografías por su paso por el Sol Azteca- y donde me dijo: “Me da coraje
porque lo que es ahora el PRD no es lo que queríamos cuando lo fundamos”.
Gilberto
Gómez Maza renunció al PRD el 11 de diciembre del 2000 por diferencias, precisamente, con el ex
gobernador Pablo Salazar Mendiguchia y la dirigencia de ese entonces del
partido.
Estoy aquí porque creo en el PRD que soñaron,
quisieron y se propusieron: Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto Castillo, Valentín
Campa, Gilberto Rincón Gallardo, Ifigenia Martínez, Porfirio Muñoz Ledo, Pablo
Gómez y muchos otros como los chiapanecos ejemplares: Gilberto Gómez Maza y
Porfirio Encino: Pablo
Salazar.
El discurso que
pronunció ayer Pablo Salazar está lleno de contradicciones. “La vida es una
continua toma de decisiones. El éxito, después de tomarlas, radica en ser
consecuentes” dijo él mismo ayer en medio de la plaza principal de San
Cristóbal de las Casas.
Habló
más de una vez de rescatar al PRD, de regresar a sus orígenes, cuando en
Chiapas él mismo se encargó siendo gobernador de desbaratar el partido. “Pablo
quería controlar al PRD” decía el Doctor Gómez Maza y el tiempo le dio la razón. Pero, Pablo Salazar Mendiguchia siempre quiso
–y no dudo que lo siga queriendo-controlar todo. Esa también fue su perdición,
pensar, que en “el terreno del no poder” podría seguir controlando todo, ahora,
parece haberse dado cuenta que en ese “terreno” poco se puede hacer y regresa
por su cuota de poder dentro de un partido, que al menos en Chiapas, él mismo
contribuyó a que se convirtiera en lo que ahora es: “un partido que se vende al
mejor postor”.
Si queremos que los gobernantes no se adueñen
del PRD comencemos por devolvérselo a sus verdaderos dueños: a sus militantes. Si queremos que
los gobernantes no compren votos, elijamos dirigentes que no los vendan ni se
vendan: Pablo Salazar.
Siempre he pensado que
el encarcelamiento de Pablo Salazar fue injusto, producto de una venganza, de
esa ambición mal sana de Juan Sabines Guerrero
de querer controlar todo. Dentro de ellos mismos está su mal.
Lo que los lleva, finalmente, a la desgracia: no saben vivir en el terreno del no poder.
Veo
las fotografías de Pablo Salazar del
evento de ayer en San Cristóbal y le veo la misma cara de cuando salió del
Polyforum, en su último informe de gobierno,
y se junto con un grupo de mujeres a cantar la última parte de una
canción de José Alfredo Jiménez “Pero, sigo siendo el Rey” decía a todo pulmón.
En
ese mismo informe de gobierno, Pablo Salazar, se refirió en dos ocasiones a su
sucesor, Juan Sabines: “El que está por llegar a la más alta responsabilidad
política de Chiapas, vástago de una estirpe noble y recia, es un hombre joven y
dinámico, preparado y con instinto de poder. (…)¡ Ayúdenlo!, denle fuerza sin
regateos, háganlo su líder hasta que lo logren, al final de la jornada, que
Juan Sabines Guerrero se convierta en el mejor gobernador de Chiapas”. El tiempo
pone a cada persona en su lugar.
La
única parte que me sigue haciendo ruido del discurso de ayer de Pablo Salazar
es si, realmente, piensa que las y los ciudadanos tenemos a los gobernantes que
merecemos. ¿Nos merecíamos un gobernador como Juan Sabines o como el propio
Pablo Salazar? ¿Nos merecemos un gobernador como Manuel Velasco?
- La
entrevista a la que se hace referencia en el texto se puede consultar en
la edición del 19 de Junio del 2006 del Heraldo de Chiapas.
0 comentarios:
Publicar un comentario