Sandra de los Santos.- “¿Y de quién es obligación cuidarse es mía, es de tu pareja, de quién es?” Me preguntó cuando apagué la grabadora. La entrevista había terminado, pero la lección iba a empezar.
Hace casi dos años le llamé por teléfono a Arturo Vázquez Razo, en ese entonces era director del Colectivo para la Atención de la Salud Integral de la Familia (CIFAM), acababa de leer la iniciativa de decreto por lo que se reformaba el artículo 144 del Código de Sanciones Penales del Estado de Chiapas, esta iniciativa señalaba que las personas que tuvieran una enfermedad contagiosa y a sabiendas de ello mantuvieran relaciones sexuales con otra o la contagiaran de manera directa podrían ser acusadas de homicidio. Le hable de la iniciativa y le pedí su opinión.
Arturo se desconcertó, me dijo que la iniciativa era una violación a los derechos humanos, que buscaba “criminalizar” a las personas que vivían con VIH. “La obligación de cuidarse es de cada quien lo que debería de haber es educación sexual informada y científica para que todos seamos responsables de nuestro cuerpo” me dijo en la entrevista formal, ya apagada la grabadora me señaló lo mismo, pero con otras palabras, a su manera.
Le hable un martes por teléfono en la noche al otro día ya estaba con otros activistas buscando reunirse con los diputados del Congreso del Estado y decirle con toda sus palabras que lo que buscaban hacer era una violación a los derechos humanos.
A Arturo lo vi, muchos también lo vieron, yendo a la Comisión Estatal y Nacional de Derechos Humanos para exigir que una niña con VIH no fuera expulsada de la escuela. Lo escuche hablando por teléfono a distintas instancias a nivel nacional y organizaciones no gubernamentales para que una señora y su hijo, ambos con VIH, fueran trasladados a la Ciudad de México a un albergue. Ese era el trabajo de todos los días de Arturo.
Arturo Vásquez Razo, originario de la Ciudad de México, vino a Chiapas hace 20 años para luchar por los derechos de las personas que viven con VIH, por los derechos de todas las personas de ejercer una vida sexual plena e informada, trabajo en el tema hasta ayer por la mañana que falleció en la Ciudad de México.
Su cuerpo fue velado por sus familiares y amigos en aquella ciudad. Dentro de ocho días sus cenizas serán traídas a Chiapas ya que serán esparcidas en el Cañón del Sumidero. Hay personas, que a pesar de irse, dejan en sus acciones su eterna presencia.
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