Emiliano Zapata está en Chiapas

SANDRA DE LOS SANTOS

La imagen de Emiliano Zapata con su largo bigote, sus ojos de pocos amigos, sus facciones de hombre mestizo dan la bienvenida a la exposición “Zapata Vive. Biografía y objetos que lo acompañaron en lo largo de su vida”, que se exhibirá hasta el 14 de diciembre en el Centro Cultural Jaime Sabines como parte de los festejos del bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución Mexicana.
Zapata nunca estuvo en Chiapas, jamás vio el Cañón del Sumidero, tampoco probó un pozol de cacao bajo la sombra de un árbol después de una jornada de trabajo, nunca recorrió la Selva Lacandona; sin embargo ahora algo de él está en el estado: fotografías de su infancia, una montura que le regaló el general, Francisco Villa y hasta su máscara muortoria.
Hay quienes afirman que Zapata no solo conoció Chiapas, sino vivió hasta sus últimos días en la Selva del estado, que él mismo fue quien forjó el movimiento de 1994. Esta versión es tan solo una de las tantas que se repiten en el país y dicen que “Zapata vive”, si así fuera ahora tuviera 130 años.
La exposición de los objetos personales del caudillo del sur fue realizada de forma conjunta por el Instituto Pro Veteranos de la Revolución Sur, Fundación Zapata y los herederos de la revolución, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (Coneculta) y el Café museo café.
Más allá de la vida del revolucionario, la exposición se centra en su vida diaria, en fotos familiares, objetos personales, habla de un hombre “que le gustaba los naipes y el cogñac”.
La exposición muestra varias fotografías del general Zapata: en medio de un montón de niños, varios de ellos sus hermanos; con traje y pañuelo blanco en la bolsa del saco; entrando a la Ciudad de México a lado del general Villa y hasta la fotografía histórica en donde está sentado a lado del centauro del norte en lo que se supone es la silla presidencial, pero no es más de una de las tantas sillas que se encontraron en Palacio Nacional cuando fue tomado por los insurgentes.
En el Centro Cultural Jaime Sabines, como parte de la exposición, también se pueden encontrar obras artísticas de diferentes autores que muestran la imagen de Emiliano Zapata, hay un busto realizado por las manos del artista chiapaneco, Gabriel Gallegos.
Hay un espacio dedicado al hijo de Emiliano Zapata, Mateo Zapata y es que varios de los objetos que se exponen fueron heredados por él a su nieto, Edgar Zapata, bisnieto del general e hijo de Inelda Zapata.
Varias fotografías del caudillo del sur fueron dedicadas a Edgar Zapata por parte de su abuelo Mateo Zapata –hijo de Emiliano Zapata-.
En la exposición también se puede leer el Plan de Ayala y ver los decretos para pensionar a los veteranos y viudas revolucionarios, aunque ahora, a un año que se celebre el centenario de la revolución mexicana, haya 34 viudas zapatistas que no reciben gran cosa como pensión.
La exposición puede verse en el Centro Cultural Jaime Sabines hasta el 14 de diciembre, después será trasladada a la Casa del Café en San Cristóbal de las Casas.

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