Ganan diputados 16 mil 95 pesos por cada sesión y aún así no llegan

• Todos los legisladores de las diferentes bancadas tienen faltas

SANDRA DE LOS SANTOS

Todos tienen faltas, ninguno se salva, igual los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que los del Partido Acción Nacional (PAN) o el Partido de la Revolución Democrática (PRD). También los del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), los del Convergencia y del Partido del Trabajo y que decir del Partido Nueva Alianza.
Aunque según la Ley que Garantiza la Transparencia y Acceso a la Información Pública en Chiapas las listas de asistencia de los diputados del Congreso Local es información pública de oficio, es decir que debe de estar disponible en la página electrónica del Poder Legislativo, hasta hace un par de semanas esto no se cumplía.
Los legisladores se vieron obligados a cumplir con la Ley que salió del mismo edificio legislativo y subieron a su portal electrónico los archivos que contienen el diario de debates de las sesiones del Congreso, que incluye las listas de asistencia a las sesiones, pero sólo pusieron a disposición de la ciudadanía los documentos correspondiente al primer y segundo periodo ordinario y permanente del Poder Legislativo. Aún así no todos los archivos pueden ser consultados porque no fueron subidos en su totalidad.
El primer periodo ordinario de sesiones abarca del 16 de noviembre del 2007 al 15 febrero del 2008 y el segundo periodo del 15 de mayo del 2008 al 15 de agosto del 2008. Cabe aclarar que el segundo periodo ordinario de esta legislatura se prolongó y concluyó el 28 de agosto.
De acuerdo a estas listas, que están a disposición de la ciudadanía, los que presentaron más faltas durante el primer y segundo periodo ordinario de sesiones fueron los diputados: Sonia Rincón Chanona y David Aguilar Solis, ambos del Partido Nueva Alianza así como los legisladores priístas Miguel Ángel Vásquez y Sami David David.
En contraparte, durante los dos primeros periodos ordinarios de sesiones quienes presentaron menos ausencias fueron: Horacio Domínguez Castellanos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Alfredo Molina Molina del Partido de la Revolución Democrática.
Las inasistencias de los legisladores oscilan entre las tres y once, la mayoría tiene una media de entre cuatro y siete faltas.
Cabe hacer mención que el diario de debates no especifica si la inasistencias de los diputados se debe a faltas, permisos o licencias.
Por grupo parlamentario los legisladores del Partido Nueva Alianza son los que presentaron mayor número de inasistencia y es que sus dos únicos legisladores encabezan la lista de los que más faltaron a las sesiones durante los dos primeros periodos ordinarios de sesiones. Después le sigue el Partido Revolucionario Institucional (PRI), seguido del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Convergencia y es que aunque la bancada del Convergencia tiene solo dos legisladores las inasistencias de Carlos Penagos Vargas afectaron el porcentaje por fracción parlamentaria. Por bancada la del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT) son las que tienen menor número de faltas.
Tomando en cuenta que los 40 diputados solo están obligados a asistir los martes y los jueves al edificio legislativo durante seis meses del año, que son los días que hay sesiones y los periodos en donde sesiona el pleno del Poder Legislativo, los diputados en promedio tendrían que llegar 56 veces al Congreso, pero no siempre es así.
Por esas 56 veces que deberían de llegar los diputados ganan anualmente 901mil 356 pesos, es decir 16 mil 95 pesos por cada vez que llegan no más de una hora a reunirse en el Congreso Local.
Pero, las inasistencias de los diputados no es el único problema de esta legislatura sino también la impuntualidad. Aunque la Ley Orgánica del Congreso Local señala que las sesiones ordinarias deben de iniciar los días martes y jueves a las 12:00 horas, lo más temprano que han podido comenzar una sesión los legisladores es a las 12:37, la mayoría de las veces lo hacen entre las 12: 45 y 13:15 horas. En el diario de debates hay registros de sesiones que han iniciado a las 14:20 horas.
Aunque el número de faltas de los legisladores podrían resultar excesivas en el primer y segundo periodo ordinario de sesiones, si se compara con las del presente periodo ordinario de sesiones se observa como el interés de los legisladores por llegar a su trabajo ha ido en descenso.
Durante el primer periodo ordinario de sesiones se iniciaban las reuniones de entre 35 y 40 diputados, en este periodo y debido a que once legisladores están compitiendo por una curul en el Congreso de la Unión las faltas son más recurrentes, no se ha logrado tener un quórum de más allá de 35 legisladores y la última sesión inició con tan solo 21 diputados, lo mínimo necesario para hacer quórum.
Hasta ahora ningún diputado ha sido sancionado por faltar a las sesiones ordinarias y es que la Ley Orgánica del Congreso Local contempla que mientras soliciten permiso o solo tengan tres faltas de forma consecutiva no serán sancionados.
Debido a este tipo de inconsistencias de parte de sus representantes es que la ciudadanía ha perdido la credibilidad en los partidos políticos y por ello no les interesa participar en los procesos electorales.
De los 40 diputados que están en el Congreso del Estado 11 desean una curul en el Congreso de la Unión, pero su trabajo en el edificio legislativo local no son buenos referentes para votar por ellos el próximo 05 de julio.

Mark, pintor de paisajes urbanos

TEXTO: SANDRA DE LOS SANTOS

A Chiapas lo trajo el huracán Stan hace cuatro años, salió de las playas de Guatemala huyendo de las tormentas y se refugió en San Cristóbal de las Casas, encontró ahí la casa que andaba buscando desde que partió de los Estados Unidos, se quedó a pintar las calles de la colonial ciudad, a conocer el trabajo de las alfareras de Amatenango del Valle, se quedó a enseñar su arte.
Mark Allen Harmon tiene 37 años de edad y 28 años dedicados a ser artista plástico, es originario de Alemania, pero a los 14 años se fue a vivir a los Estados Unidos ahí estudió artes visuales, cuando concluyó la carrera decidió salir de ese país porque no logró adaptarse a su forma de vida. “Me fui a Canadá, cruce todos los Estados Unidos otra vez, llegue hasta El Salvador y Guatemala, buscaba otra casa en la que me sintiera mejor hasta que llegue a Chiapas” cuenta el artista plástico.
Viene de una familia de artistas, su abuela era pintora, sus tíos de una u otra manera están involucrados en el arte y su padre, aunque también era pintor, decidió mejor dedicarse a la historia del arte.
Mark creció con la idea que ser artista plástico era un oficio legitimo, nadie le metió ideas sobre la eficiencia de dedicarse al arte por eso descubrió su vocación desde niño y para él nunca hubo otro oficio posible.
Con las manos, Mark, es muy habilidoso igual hace una talla en madera, una pieza de alfarería, que una pintura de un paisaje urbano, aunque él se reconoce más como pintor, es lo que más le gusta y donde más técnicas ha desarrollado.
Su pintura se centra en los paisajes urbanos, esto se debe entre otras cosas, a que le gusta que las personas se sientan identificadas con su obra y muchas veces el arte contemporáneo no permite eso.
El trabajo de Mark retrata el paisaje que todos los días vemos, pero que pocas veces nos detenemos a admirar: las calles empedradas de San Cristóbal, las puertas de madera que tanto nos gustan, los grandes ventanales, las paredes de adobes que llevan años levantadas, algo tan cotidiano él lo convierte en una obra de arte.
El resto de su obra plástica es muy utilitaria, le gusta hacer cosas que se pueda tener en la mesa, en la cocina, en el comedor de la casa, pero no como un adorno más, sino como algo útil que a la vez es hermoso y único.
Además de ser artista plástico, Mark, también es docente considera que este trabajo es tan valioso como la producción de su obra. “El ayudar a formar la siguiente generación de artistas es algo tan provechoso como la propia producción de obra, es una manera también de seguir haciendo arte”.
Para Mark es importante que se logre reconocer que en Chiapas hay buena producción artística porque considera que hay muchos artistas del estado y radicados acá que están producción obras de muy buena calidad.
Para él, este oficio no se trata tanto de talento sino de disciplina, uno no se puede quedar a esperar a ver si tiene la virtud de poder pintar, dibujar o esculpir igual que otros artistas, hay que ponérselo a hacer, desarrollar técnicas, es muy probable que si no se tiene el talento, pero sí la disciplina de desarrollar las habilidades al final del día el resultado sea el mismo que la persona más prodigiosa en el arte.

Guadalupe San Juan, edificador de escuelas

TEXTO: SANDRA DE LOS SANTOS
En una de las paredes de la dirección de la escuela cuelga un cuadro que reúne varias fotografías, en la mayoría de ellas se ve él: enseñando a un montón de niños sin uniforme debajo de un árbol, con una pala en la mano construyendo las primeras aulas de la escuela, acompañando a varios padres de familia. En conjunto, las fotografías muestran la fundación de la primaria “15 de Mayo”, ubicada en la colonia San José en Tuxtla Gutiérrez.
Guadalupe San Juan Leal García tiene 58 años de edad y 37 años dedicados a la docencia, 28 años estuvo frente a grupo y el resto como director, pero este lunes se despedirá de todas las actividades escolares, se jubilará.
Él no solo se ha dedicado a enseñar a leer y escribir a los niños, a sumar, dividir y multiplicar, durante sus 37 años de trabajo se preocupo por ofrecerles a sus alumnos un lugar más digno donde recibir clases. Se retira de la docencia habiendo fundado siete escuelas.
Aunque su profesión es ser docente, para su oficio no hay un nombre en específico: el gestionar con diferentes instancias la construcción de aulas, lidiar con los ejidatarios para que donarán tierras para una escuela, convencer a los padres de familia que llevar a la escuela a sus hijos no era perder el tiempo, es una actividad que decidió por convicción personal, aunque dice él que es una labor que cualquier docente, que se digne de serlo, debe realizar.
Lo de fundar escuelas es un trabajo que a pocos les gusta realizar, se tienen que hacer diferentes gestiones, porque a diferencia de otros lugares, en Chiapas todavía se tiene que pedir como un “favor” la construcción de aulas ante las autoridades, útiles escolares para los menores, material didáctico para los profesores. Esta labor puede llevar mucho tiempo y pueden pasar varios años para ver consolidada una escuela, a Guadalupe San Juan le llevó 37 años ver las aulas de siete diferentes instituciones educativas.
El director de la escuela “15 de mayo” es originario de Tamaulipas, pero cuando se recibió de docente normalista en Guanajuato fue designado a Puebla y después llegó a Chiapas y de aquí ya no se pudo ir.
Guadalupe San Juan cuenta que un día salió de su casa solo con el dinero para su boleto de autobús que lo llevaría a Guanajuato, se fue con el objetivo de ingresar a la escuela normal de ese estado porque en Tamaulipas no había.
Ingresar a la normal de Guanajuato fue una odisea, el ciclo escolar ya había iniciado y Guadalupe San Juan necesitaba una beca para sostener sus estudios, pasó una noche esperando al director de la normal hasta que pudo hablar con él y convencerlo de recibirlo en la institución.
Guadalupe es el único de todos sus hermanos que pudo cursar una carrera, dice que desde que tenía siete años se propuso ser maestro, le gustaba esa imagen que la gente tenía de ellos. “Eran personas respetadas, que todos querían mucho”.
Lamenta que ahora esa imagen del profesor se haya desvanecido, aunque reconoce que muchos docentes no tienen vocación al trabajo, no le
A pesar de que está a punto de jubilarse, Guadalupe San Juan no se ve cansado, dice que tiene un malestar físico que a primera vista es imperceptible, se le ve muy presto a querer seguir en la escuela, pero ahora le toca ir a construir en otros lugares.

Proponen crear premio estatal de periodismo

Para quien sale todos los días a la calle en busca de la información del día, para los que el periodismo es el “mejor oficio del mundo”, el reconocimiento de su trabajo no viene de los gobiernos en turno.

Este martes la mesa directiva del Congreso del Estado dio trámite legislativo a la iniciativa de decreto por el que se instituye el Premio Estatal de Periodismo “Joaquín Miguel Gutiérrez”. La propuesta vino de la Junta de Coordinación Política.

Dudar de que este premio sea entregado a quienes realmente se han esforzado por hacer un mejor periodismo está fundamentado, ya que los que proponen el reconocimiento son los que obstaculizan el trabajo periodístico, los que han negado información pública, los que no toleran la crítica.

El periodismo, sin coacciones de ningún tipo, es necesario en cualquier lugar en donde se quiera alcanzar la democracia. Institucionalizar un premio periodístico no abona en nada a mejorar la situación en que se realiza esta tarea en el estado.

A nivel nacional, antes del 2002, quien otorgaba el Premio Nacional de Periodismo eran precisamente los gobiernos en turno, era un reconocimiento cuestionable, llegó a ser más meritorio no recibirlo que llegar a una ceremonia en donde el Presidente entregaba una diploma por los favores obtenidos.

El 6 de junio de 2001 se publica la “Declaración sobre el Premio Nacional de Periodismo” en distintos periódicos del país. En ella se solicita al Ejecutivo una iniciativa de ley relativa a premios, estímulos y recompensas que tenga como fin separar el Premio del gobierno. A los pocos meses, el 23 de noviembre, el presidente Vicente Fox envió al Congreso la propuesta para derogar la “Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles”. Con esto el premio nacional de periodismo se ciudadaniza.

¿Por qué ignorar esto en Chiapas? ¿por qué regresar al pasado? Cuando la tendencia nacional es que sean las instituciones educativas reconocidas, periodistas con trayectoria, la sociedad civil la que se encargue de otorgar estos estímulos, en Chiapas se da un retroceso y son los poderes de gobierno que se auto designan esta tarea.

Como trabajadores de los medios de comunicación tenemos muchas excusas para no esforzarnos para hacer mejor periodismo, esta clase de premios se suman al desencanto laboral, pero los lectores y el propio oficio merecen todo nuestro esfuerzo. La vida, dice Márquez, se encargará de decir que sirve y que no sirve.

Sandra de los Santos, periodista.

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