Pintor con fuego


TEXTO: SANDRA DE LOS SANTOS

Es probable que su trabajo sea una de las pocas cosas que sobreviva dentro de miles de años, su obra lo garantiza, será eterna, y es que la cerámica permanece a pesar del tiempo.
Rodolfo Disner Clavería es maestro en Artes Plásticas, es su profesión y oficio, egresó de la Academia de San Carlos, la misma escuela que albergó a grandes muralistas de México como David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera.
"Mi edad, si no me la pregunte porque no se la digo", dice el artista, quien estudió en la misma generación de César Corzo y comió camarones a la orilla del mar de Puerto Arista junto a Jaime Sabines. Después él mismo dice su edad 76 años, "la mayoría de ellos pintando con fuego".
El gusto por las artes plásticas le empezó en el municipio que lo adoptó y lo hizo uno de sus hijos predilectos, Tonalá, aunque él es originario de Huixtla, cuenta que vivía cerca de una ladrillería y ahí empezó a hacer figuras de barro, después se fue al Centro de la República a estudiar.
Cuando se recibió como maestro en Artes Plásticas se fue a trabajar al Norte del país como muralista, regresó a Chiapas y en 1972 fundó el Centro de Producción Artesanal en Tonalá, el cual hasta la fecha sigue funcionando.
"Cuando regresé a Chiapas es que me entra el gusanito por pintar en la cerámica, a querer pintar con fuego y la empiezo a trabajar, a sacar mí propia técnica, lo que yo hago es cerámica artística de proyección arquitectónica", explica el artista.
La obra más representativa de Disner, y lo dice él mismo, es el mural que está en el Centro Cultural de Chiapas "Jaime Sabines" en Tuxtla Gutiérrez, le llevó un año hacerlo junto con 12 artesanos. La obra está compuesta de 12 mil 200 tabiques de 15 por 15 cada uno. También tiene murales en la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) y obras que ya han estado en exposiciones tanto en México como en el extranjero.
Rodolfo Disner es el único artista en Chiapas y tal vez en México y el mundo que utiliza la cerámica para hacer murales, su obra es reconocible por cualquiera, tiene su sello personal, huele un poco a mar y a cobre, parece estar viva porque ha logrado movimiento.
El artista plástico chiapaneco considera que el apoyo para los creadores ha ido decreciendo, los tiempos en que los promotores culturales del gobierno del estado apoyaban para hacer exposiciones han terminado.
"Yo me acuerdo mucho de don Jaime Sabines, una vez le llevé un plato de camarones cuando estaba en Puerto Arista y él me invito una copita, no las pasamos platicando toda la tarde, él hablaba de poesía y yo de muralismo, al mes lo fui a ver a Palacio de Gobierno y me dio un cheque por 22 mil pesos para que fuera a exponer a México", cuenta el muralista, quien al igual que otros artistas mexicanos tuvo su encuentro con el mecenas de la cultura.
En 1972, con el apoyo de Manuel Velasco Suárez, abrió en Tonalá el Centro de Producción Artesanal en el que se enseña a niños y jóvenes el trabajo artesanal y artístico con la cerámica, hasta 1997 este centro funcionaba con el apoyo de las autoridades de cultura del estado, ahora tiene que ser financiado por el artista plástico.
"Antes nos daban material y el gas que es carísimo, ahora nada, yo doy el material y mis horas de trabajo para enseñar la cerámica, en el taller llegamos a trabajar 12, ahora sólo somos tres", cuenta el maestro.
A pesar de estas adversidades, el centro sigue funcionando y la obra de Disner ha trascendido.
A diferencia de muchos artistas, él está muy preocupado por enseñar sus habilidades con la cerámica, dice que puede enseñar su técnica más no su sensibilidad, que eso es cosa de cada quien.
Es probable que su trabajo sea una de las pocas cosas que sobreviva dentro de miles de años, que sus murales enseñen algo de lo que está pasando ahora, su obra está garantizada, será eterna, la cerámica no se destruye.

Seguidores

Periodismo sin censura en twitter

    follow me on Twitter