Susi, mujer Seropositiva

OTRO MODO DE SER
Susi, mujer seroPOSITIVA

TEXTO: SANDRA DE LOS SANTOS
FOTOS: VALERIA MARTÍNEZ

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

Estamos en todas partes. En los campos de cultivo, en los hogares, en los poderes de gobierno, en la academia, en las cárceles, en los medios de comunicación, en la calle, en la escuela. Estamos en todas partes y aún así seguimos tan invisibles.
A partir de este lunes 03 de marzo y hasta el domingo 09 de marzo El Heraldo de Chiapas – a propósito del día internacional de la mujer que se conmemora el 08 de marzo- presentará una serie de entrevistas con mujeres de diferentes sectores.
Las mujeres que estarán ocupando un espacio en este periódico no son las que todos los días aparecen en los medios, muchas de ellas nunca han sido motivo de mención, no son las mujeres que han trascendido por su puesto político, su posición social o su trascendencia cultural.
Las entrevistadas son las que todos los días salen a trabajar, las que se esfuerzan por sacar a su familia adelante. Son mujeres que luchan contra la adversidad, las que viven con VIH, presas, trabajadoras sexuales, jefas de hogar, jóvenes, obreras, madres, mujeres que son ejemplo y que también son el reflejo de que en el estado todavía existe desigualdad por cuestiones de género, las que nos recuerdan porque es necesario que exista un día internacional de la mujer, no para regalar flores ni ser una fecha que sirva como antesala al 10 de mayo, sino para reflexionar e impulsar acciones que ayuden a eliminar la desigualdad de género.
Las mujeres que cuentan, en estas entrevistas, su historia de vida son las que no se han cansado de buscar “otro modo de ser humano y libre. Otro modo ser”.




Su peso no es mayor de 50 kilos, es de baja estatura, a primera vista parece tan débil, pero su cuerpo es un campo de batalla. Susi tiene 29 años, es madre, esposa, hija, empleada y desde hace cinco años le diagnosticaron VIH y se está haciendo pruebas para descartar que tenga cáncer.
Contrario a lo que cualquiera podría creer, ella es una mujer alegre, con ganas de vivir, está dispuesta a aventarse un roun con la muerte, a darle batalla, a no dejarse vencer.
Hace cinco años su esposo tuvo una intervención quirúrgica y su recuperación fue muy lenta, llegó a pesar 30 kilos, los médicos no se explicaban su situación y le hicieron una prueba para VIH y salió positiva.
“Al principio él no quería hacerse la prueba, yo le insistía, las primeras pruebas salieron reactivas – no era seguro que tuviera VIH-, pero se hizo la más confiable y salió positiva, me la hice yo y también salió positiva, afortunadamente mí hija no tiene el virus” .
Al igual que muchas mujeres, Susi se contagió de VIH en su propia casa, con su esposo. “Muchas mujeres creen que están seguras en su casa y no es así, hay que exigir el condón, las amas de casa lamentablemente somos las más vulnerables” dice por experiencia propia.
En Chiapas, por ocupación, las amas de casa son las más contagiadas con el virus y es que la mayoría de mujeres con una pareja estable no usan preservativo a pesar que las estadísticas demuestran que son las más vulnerables a contraer la enfermedad.
Susi decidió quedarse con su esposo. “Claro, que me dio coraje porque no me lo merecía, porque nadie se lo merece, porque no se cuidó, porque no pensó en mí”.
La siguiente pregunta es obligada. -¿Y si tu hubieras sido la que lo hubieras contagiado, crees que estaría contigo?. – Se lo he preguntado y él me ha dicho que si porque yo sigo con él, pero quién sabe. No lo dice, pero Susi duda que su compañero se hubiera quedado con ella si la situación hubiera sido a la inversa.
Cuando su esposo tuvo la recaída ella se hizo cargó económicamente de su hija y de su pareja, a quien también decidió cuidar por su estado de salud a pesar que sabía que también tenía la enfermedad.
“Una compañera me dijo una vez que yo no me quería porque si me quisiera cuidara más mí salud que la de mí esposo. Es cierto que las mujeres muchas veces nos descuidamos por cuidar a nuestros hijos o a nuestra pareja, yo estoy entendiendo que no es así, que primero debemos de ver por nosotras” cuenta Susi.
Antes de que le diagnosticaran la enfermedad, Susi no sabía nada del VIH, pero a partir de esa fecha su vida cambio. “Había escuchado de la enfermedad, pero me creía inmune, que era algo muy lejano a mí, pero las cosas cambiaron, desde que me diagnosticaron seropositiva decide no quedarme a esperar sentada mí muerte, tengo por quién luchar y se que voy a salir adelante”.
Está convencida que las personas con VIH más que el propio virus lo que los mata es la depresión, el no poder soportar la discriminación, ella dice que es lo más difícil. “Mí familia sabe que tengo la enfermedad y pues al principio fue difícil, pero ahora ya todo es normal solo una hermana que tengo me discrimina, no quiere que ni la toque”.
Susi prefiere que no le tomen fotografías de su rostro, sabe que si todas las personas que conviven con ella se enteran de que tiene VIH su vida sería más difícil “hay mucha, mucha discriminación, a mí esposo hasta lo corrieron de su trabajo”.
El VIH es una enfermedad como la diabetes o el cáncer, considera Susi, pero el resto de las personas no lo ven así a quien tiene o cualquier otra enfermedad lo van a visitar, se solidarizan con él o ella, se hacen responsables de su salud,, pero con los seropositivos no pasa lo mismo. “Nos aislan, a mí en un tiempo no me dejaban ni cocinar, no querían agarrar de mí vaso o plato”.
El virus solo se transmite por tres vías por tener relaciones sexuales con una persona infectada sin protección, por una transfusión de sangre infectada o por lactancia materna.
Hace unas semanas a Susi le detectaron un tumor, hasta ahora no le han dado los resultados de su estudio para saber si es benigno o canceroso, “y si lo es pues a echarle ganas” dice está mujer a quien la vida no le ha dado tregua, ante la adversidad le hace honor a la leyenda que trae su playera “mexicanas positivas ante la vida”.

1 comentarios:

Lord Edramagor 2:03 p.m.  

Vientos con las entrevistas Sandrita, sígale echando ganas, ya ve que sí se le lee.
Un abrazo!

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